Los Sacerdotes sirven para servir...
Le decía el padre a su hijo seminarista: como una escoba, hijo mío, como una escoba, siempre dispuesta a ser utilizada, pero sin esperar recompensa alguna; gastándose una vez y otra, pero sin esperar que la coloquen en una vitrina. Los sacerdotes han aprendido bien las palabras del Maestro: "Yo no he venido a ser servido, sino a servir"
SIRVEN PARA AMAR
Reservan su corazón para amar del todo a todos. Quieren ser para todos, amigos, padres y hermanos. Un amor liberado y agrandado. Un amor gratuito y oblativo, como antorcha que se va gastando poco a poco.
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