LO ÚLTIMO

No sé ni qué me pasa. pero aquí estoy señor.


En la Biblia hay un relato con el que muy probablemente te puedes identificar: es la historia de un muchacho llamado Samuel que trabajaba en el Templo, pero que no conocía a Dios. Una noche, mientras dormía, escuchó que le llamaban "Samuel, Samuel"; entonces corrió buscando al sacerdote, pensando que era él quien lo llamaba, pero no era así.

Al darse cuenta el sacerdote Elí que era Dios quien le llamaba, le dijo a Samuel: "cuando escuches de nuevo que te llaman, responde: habla, Señor, que tu siervo escucha". Así fue como el muchacho, al escuchar que lo llamaban, sin conocer aún al Señor, se puso a su servicio, sin saber ni qué onda.

A muchos nos ha pasado así; sin saber mucho sobre Dios, ni estar muy cerca de Él, de repente sentimos algo dentro de nosotros que nos invita a servirlo, y la respuesta más frecuente entre nosotros es: ¿Quiere que seas tu amigo, que sirva a los demás y ni siquiera he platicado lo suficiente contigo?

Lo que te quiero decir, amigo, es que no eres el único; Dios suele hacerlo así en ocasiones, aquí somos varios.


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