La Diócesis de Margarita, un recorrido histórico por su evangelización.
Los Albores de la Evangelización en Venezuela
El descubrimiento de Venezuela por Cristóbal Colón en 1498 marcó el
inicio de una nueva era, no solo de explotación territorial, sino también de
una profunda misión evangelizadora. El Evangelio arribó a estas tierras de la
mano de los primeros misioneros, con la significativa presencia de diversas
órdenes religiosas como dominicos, capuchinos, franciscanos, jesuitas y
agustinos, entre otras. Los dominicos, en 1514, emprendieron la más vasta y
pacífica campaña de evangelización en el Oriente venezolano. No obstante,
diversas circunstancias truncaron este noble proyecto, en el cual estuvo involucrado
el insigne Fray Bartolomé de las Casas.
En aquel entonces, el territorio patrio carecía de diócesis
establecidas. Fue en 1520 cuando, mediante bula pontificia, se decretó la
creación de la Diócesis de Paria (estado Sucre). Sin embargo, este proyecto no
llegó a materializarse, lo que confiere a la Diócesis de Coro, fundada en 1531,
el título de la primera diócesis históricamente consolidada en Venezuela.
La Isla de Margarita fue avistada por el Almirante Cristóbal Colón el 15
de agosto de 1498, quien la describió como "una tierra de gracia". A
partir de ese momento, se inició la etapa de colonización insular, acompañada
indefectiblemente por el proceso de evangelización. Eclesiásticamente,
Margarita comenzó a depender de los Anexos Ultramarinos del Obispado de San
Juan de Puerto Rico. Para el año 1568, la isla recibió la primera visita
episcopal, en la persona de Monseñor Rodrigo de Bastidas. Otros prelados que
visitaron la isla, aunque con escasos registros, incluyen a Fray Diego de
Salamanca (1581 y 1585), Don Pedro Solier (1617), Fray Damián López de Haro
(1647) —quien falleció en Margarita en 1648— y Fray Manuel Jiménez Pérez
(1773).
Fray Francisco de Montesinos en Margarita: Una Figura Controversial
La Isla de Margarita se reveló como un terreno fértil para la
germinación de la fe en el siglo XVI, albergando el primer convento de
Predicadores (dominicos) en suelo venezolano. Fray Francisco Montesinos,
miembro de esta Orden, figura entre los sacerdotes pioneros en la
evangelización de estas tierras. La historia lo describe como un personaje
"polémico y controvertido, tanto dentro como fuera de la Orden. Un
predicador inquieto, que se desvió de la línea defendida por el padre Bartolomé
de las Casas, dentro de lo que se conoce como evangelización pura o pacífica,
iniciada en el Oriente del país."
Fray Francisco de Montesinos llegó a Margarita en compañía de Fray
Gregorio de Beteta. El 11 de junio de 1556, el provincial Fray Alonso Burgalés,
en una misiva al Consejo de Indias, calificó a Montesinos como "hombre
docto, afamado predicador y de buen ejemplo", añadiendo que "como en
estas tierras más que en ninguna parte del mundo amarguen las verdades, uno o
dos vecinos de la isla Margarita hicieron contra él casi un libelo infamatorio…".
Don Rodrigo de Bastidas, el Obispo de Puerto Rico previamente mencionado,
informó al Rey en 1559 que Montesinos había sido recientemente elegido
provincial. Aunque inicialmente sus relaciones no fueron fluidas,
posteriormente se tornaron excelentes. Montesinos arribó a Margarita con el
propósito de llevar a cabo una visita pastoral en nombre de Rodrigo de
Bastidas, quien le confió un Memorial con la siguiente instrucción:
"Que nos haga la merced de efectuar en Margarita las dos
provisiones que a nuestro pedimento se dieron en la real audiencia de Santo
Domingo tocante a los Indios Guaiqueríes naturales de la isla Margarita: que
sean por la justicia de aquella isla bien tratados y no molestados". Los
principales focos de interés durante esta visita fueron: el trato justo a los
indígenas, la catequesis y las orientaciones teológico-pastorales.
Durante su estancia en la isla, Fray Francisco Montesinos enfrentó la
arremetida del Tirano Aguirre, un episodio trágico que cobró la vida de varios
sacerdotes y afectó a algunos habitantes. Aunque su legado en Margarita, como
el de muchos otros evangelizadores, se desvanece en ciertos detalles
históricos, su visita pastoral sentó las bases para la futura presencia de los
dominicos en Venezuela y, crucialmente, en Margarita, donde pugnó incansablemente
por la justicia para los pueblos indígenas.
Fray Juan Martínez de Manzanillo: Fundador y Obispo Pionero
Una figura preeminente en la historia eclesiástica es, sin duda, Fray
Juan Martínez de Manzanillo, Superior Provincial de la antillana provincia de
Santa Cruz, con sede en Santo Domingo. Llegó a Margarita el 24 de marzo de
1578, acompañado por tres religiosos desde Santo Domingo: Fray Cristóbal de
Ojeda, su Vicario Provincial, Fray Alonso del Moral y el Hermano carpintero
Fray Sebastián Bejarano.
Entre sus numerosos e indiscutibles méritos, el Padre Manzanillo se
distingue por haber fundado el convento de Nuestra Señora del Rosario de la
Margarita (actualmente sede del consejo legislativo regional, bien expropiado a
la Iglesia en tiempos de Guzmán Blanco).
Sus notables dotes administrativas, demostradas en el desempeño de las
misiones encomendadas, le valieron ser propuesto en 1580 para la sede de Coro,
convirtiéndose en el cuarto obispo en ocuparla. Fue consagrado en la Catedral
de Santo Domingo por Don Alonso López Dávila. Adicionalmente, Manzanillo fue el
primer obispo en residir en Caracas, donde falleció el 1º de enero de 1592.
La Visita Pastoral de Fray Martín de Arce a Margarita: Un Testimonio
Crítico
Fray Martín Vásquez de Arce presidió el Obispado de Puerto Rico entre
1602 y 1609. Previo a su labor en dicha Diócesis, inició su ministerio
episcopal en Margarita con una visita pastoral a finales de 1601, permaneciendo
en la Isla durante tres años. Gracias a las cartas que dirigió al Rey,
conocemos los pormenores de su visita y la precaria situación en la que se
encontraba esta parte de su diócesis. En sus correspondencias, reflejó el
estado de vida de los habitantes nativos de la región: "más de 200 indios
sueltos y repartidos por los montes, sin atención doctrinal y en completa
ignorancia".
Los desafíos más significativos para Vásquez de Arce surgieron al
intentar corregir las licenciosas costumbres de los colonos españoles,
comenzando por los propios gobernantes. Solicitó la rectificación del Tesorero
de Hacienda Antonio Álvarez, de quien escribió:
"Caballero que ha quebrantado todas las leyes humanas y divinas,
difamando a mujeres, pero que no tiene miedo a nada por estar apoyado por el
gobernador", refiriéndose a Fadrique Cáncer, quien gobernó en Margarita de
1602 a 1608.
El 26 de julio de 1604, volvió a escribir al Rey, señalando al
Gobernador de la Isla por su involucramiento en amancebamientos. Esta denuncia
generó tensiones para el Obispo y restricciones a su actividad episcopal en la
Isla.
No obstante, el obispo dominico no vaciló en denunciar por escrito al
Rey el trato vejatorio que recibían los indígenas: "Son de grandísima
importancia para la conservación y defensa de la Ysla y cada día se van
disminuyendo, por las vejaciones que les hacen, porque fuera de obligarles los
gobernadores a que les sustenten sus casas de leña, pescado, sal, conejos y
venados y otras cosas sin darles un maravedí, que no sé qué ley divina ni
humana hay que les obligue a esto como yo lo tengo predicado a voces y ahora
las doy a su Majestad y a Vuestra Excelencia para que en esto se ponga remedio;
otra mayor vejación les hacen, que es la potentísima causa de su disminución,
que es obligarles con violencia a pescar perlas, de que los miserables se
quejan…"
Las denuncias episcopales, tanto orales como escritas, provocaron la
violenta reacción del Gobernador, quien llegó a amenazar al Obispo en plena
celebración de la festividad de Santa Lucía, de quien el Obispo dice en su
carta: "Es patrona de este lugar, donde tiene una iglesia de su
vocación…". Este prelado se preocupó por la preparación del clero y confirmó
en la isla a más de dos mil personas, entre españoles, negros e indios.
Integración de Margarita al Territorio Eclesiástico Venezolano
No fue sino hasta finales del siglo XVIII cuando la Isla de Margarita
pasó a depender de una diócesis ubicada en territorio venezolano. El 20 de mayo
de 1790, Su Santidad el Papa Pío VI erigió la Diócesis de Santo Tomás de
Guayana (actual Arquidiócesis de Ciudad Bolívar), la cual abarcaba las islas de
Margarita y Trinidad, y las provincias de Cumaná y Guayana. En 1799, el Ilustrísimo
Obispo de Guayana, Monseñor Doctor Francisco de Ibarra y Herrera, comisionó al
Presbítero Doctor Pedro Level, quien como visitador General de la Iglesia,
llegó a Margarita. Los resultados de su visita quedaron plasmados en la ciudad
de La Asunción, con fecha 7 de marzo de 1799.
En el año 1922, se erigió la Diócesis de Cumaná, y Margarita quedó
integrada a ella. Sus obispos fueron sucesivamente Monseñor Sixto Sosa,
Monseñor Crisanto Mata Cova y Monseñor Mariano Parra León. Finalmente, por
decisión de Su Santidad el Papa Pablo VI, la Diócesis de Margarita fue erigida
el 18 de julio de 1969 mediante la Bula Christi Verba. En aquel entonces, Don
Alejandro Hernández ejercía como Gobernador de la Isla.
La Diócesis de Margarita abarca la totalidad del territorio del Estado
Nueva Esparta, con una superficie de 1150 Km² (Margarita 1071 Km², Coche 55
Km², Cubagua 24 Km²). El domicilio del Obispo se encuentra en la ciudad de La
Asunción, capital del Estado Nueva Esparta, y su Catedral es el templo de la
Santísima Virgen María Asunta al Cielo (este templo, junto con la catedral de
Coro, ostenta el honor de ser de los más antiguos de Venezuela).
Los obispos que han guiado la Diócesis de Margarita han sido: Monseñor
Francisco de Guruceaga Iturriza (1969-1973), Monseñor Tulio Manuel Chirivella
Varela (1974-1982), Monseñor César Ortega Herrera (1983-1998), Monseñor Rafael
Ramón Conde Alfonzo (1999-2008), y Monseñor Jorge Aníbal Quintero Chacón
(2009-2014). Actualmente, el Obispo de la Diócesis, desde el 10 de octubre de
2015, es Monseñor Fernando José Castro Aguayo.