La desaparición de la Cuaresma
Hay una serie de festividades religiosas que se han mantenido en nuestra época tan profundamente descristianizada. Es el caso de Navidad o de Semana Santa, y también de las fiestas patronales, grandes capitales o pequeños pueblos. Pero la Cuaresma prácticamente va desapareciendo.
La diferencia fundamental entre lo que ha sucedido con la Cuaresma y la Navidad, o incluso las vacaciones de Semana Santa, radica en que la Cuaresma resulta inasimilable para la concepción contemporánea. La Navidad la han convertido socialmente en la fiesta del hiperconsumismo, algo absolutamente alejado de su naturaleza religiosa, pero que ha mantenido la etiqueta de ella. La Semana Santa se ha convertido en un periodo de vacaciones, pero en el caso de la Cuaresma, 40 días dedicados a un viaje en el que uno busca fortalecer el espíritu a través de la renuncia, esto es inasimilable para la sociedad desvinculada e ilustrada en que vivimos. Este fenómeno social, mucho o poco, también penetra en la propia vida de nosotros los católicos, de la Iglesia misma, y la Cuaresma pierde su ímpetu.
En este sentido debemos realizar una profunda reflexión. Reflexión sobre cómo recuperar socialmente buena parte del sentido religioso de las fiestas que perviven, como la Navidad, la Semana Santa y las fiestas patronales; y, de una manera especial, cómo conseguir revitalizar la Cuaresma y transmitir su sentido. Primero, evidentemente a nosotros como católicos, y después a la mayoría de la sociedad.
FUENTE: ForumLibertas
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